A estas alturas, casi todo el mundo ha oído hablar del fraude bancario (Phising) o “cyber delitos”, que de manera resumida, se tratan de muy diversas técnicas delictivas por la que terceras personas, sirviéndose de sofisticados métodos de ingeniería social y tecnológicas, obtienen los datos personales y claves de acceso de la banca online de sus víctimas; y una vez obtenida la información necesaria, consiguen suplantar la identidad de los clientes y operar con sus cuentas bancarias, ordenando
Phising, vishing, smishing, skiming, sim-swapping, ventanas emergentes…., últimamente los medios de comunicación no dejan de alertarnos con todas estas prácticas delictivas, pero la verdad es que efectivamente, de un año a esta parte, los ciberdelincuentes no descansan, y lo que antes era un hecho aislado y anecdótico que le había pasado al vecino del quinto, ahora se ha vuelto una amenaza real para todos, en un contexto social en el que nadie está exento de ser objeto de este tipo
Desgraciadamente están en boca de todos términos como phishing, vhising, simming… y ello es así porque, desgraciadamente, cada vez son más frecuentes las denuncias de personas víctimas de fraudes bancarios o ciberdelitos a manos de terceros, que sin saber muy bien cómo, les han suplantado la identidad y accedido a sus cuentas bancarias para poder operar desde ellas. Son numerosos los métodos de los que se sirven los ciberdelincuentes para engañar a sus víctimas, y las técnicas que emplean en sus
En los últimos meses hemos recibido numerosas consultas de diferentes personas físicas y empresas que nos plantean que, a través de phishing u otros métodos delictivos, quieren reclamar el fraude sufrido en la cuenta corriente o tarjetas de crédito, desde las que los delincuentes han realizado transferencias o cargos, en muchas ocasiones por importes muy elevados. En muchas ocasiones, cuando estas personas acuden a su entidad bancaria a reclamar, previa o posteriormente a interponer la denuncia ante la policía, rellenan numerosos
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